El estrés tiene múltiples efectos sobre nuestro cuerpo y estado de ánimo.
Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en cómo afecta a nuestros ojos y a nuestra visión.
En la era digital actual, donde el tiempo frente a las pantallas es predominante, entender esta conexión se vuelve crucial para mantener una buena salud visual.
Relación entre el estrés y la visión
Nuestros ojos son una extensión directa del cerebro.
Cualquier alteración en el sistema nervioso puede alterar su funcionamiento y producir efectos negativos en nuestra visión.

Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Dolores en la zona frontal de la cabeza,
- Sequedad ocular.
- Fatiga visual,
- E incluso, en casos extremos, una pérdida súbita de la visión.
El estrés físico y emocional puede afectar significativamente el buen funcionamiento del sistema visual.
Para comprender mejor cómo el estrés impacta a nuestros ojos, es esencial diferenciar las tres tensiones oculares principales: muscular, mental y retinal.
Tipos de tensión ocular
1.- Tensión muscular
- Para ver bien a todas las distancias, nuestros músculos oculares (ciliar y músculos externos) necesitan un cierto grado de tensión. Estos músculos se contraen para mirar de cerca y se relajan cuando enfocamos a distancias lejanas. Sin embargo, las largas horas de visión próxima y el exceso de tensión muscular pueden impedir esta relajación, provocando visión borrosa y otras alteraciones.
- Solución: Toma descansos regulares de la tarea visual. Levantantate de tu silla, estírate. Enfoca a distancias lejanas por unos minutos. Esta práctica ayuda a los músculos a relajarse y reduce la fatiga visual.
2.- Tensión mental
- La mente utiliza los ojos como herramientas de conocimiento, descodificando formas, colores y contrastes. Si tu mente está tensa debido a miedos, ansiedad o nerviosismo, la capacidad visual se ve disminuida. Así mismo, esta fatiga mental puede incrementarse si no tienes un buen descanso nocturno.
- Solución: Por lo tanto, para aliviar la tensión mental, toma «vacaciones visuales» cerrando los ojos y permitiendo que el sistema se reorganice. Este simple acto puede ser muy efectivo para reducir el estrés ocular. Si es posible te sugiero que hagas unos minutos de «palming»
3.- Tensión retinal
- La retina es la capa neuronal del ojo que recibe la luz que emiten los objetos y la convierte en estimulos nerviosos. Desde ahí se transmiten al cerebro, donde realmente se produce la visión. La rodopsina, Para que la recepción de luz y la transmisión nerviosa sean óptimas, se requiere que los fotorreceptores funcionen de forma adecuada. Para eso los pigmentos de dichos receptores tienen que renovarse, lo que ocurre en la oscuridad. El parpadeo completo permite esta renovación y por este motivo es esencial mantener una buena frecuencia de parpadeo.
- Solución: Realiza ejercicios de parpadeo consciente para mantener los pigmentos de la retina y la película lagrimal en buen estado. Esto ayudará a aliviar la tensión retinal y prevenir la sequedad ocular.
Consecuencias del estrés ocular
La excesiva tensión muscular, mental y/o retinal puede provocar estrés ocular, con varios efectos negativos sobre la visión:
- Modifica la forma del globo ocular y reduce su elasticidad.
- Lentifica los procesos metabólicos.
- Aumenta el agotamiento de la retina.
- Provoca temblores e inflamación ocular.
- Genera fatiga ocular.
- Dificulta la coordinación entre acomodación y convergencia, esenciales para la visión cercana.
- Debilita el tono muscular.
- Afecta la fluidez de los movimientos oculares, provocando sacudidas y saltos de línea en la lectura.
- Contribuye a la mala visión cercana y a la sequedad ocular.
Estrategias para aliviar el estrés ocular
Si quieres mantener tus ojos saludables y flexibles, aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte a lograrlo:
- Pausas Regulares: Cada 20 minutos, levántate y mira a lo lejos durante al menos 20 segundos. Si es posible, sal a un parque o camina al aire libre.
- Parpadeo Consciente: Parpadea con regularidad para mantener tus ojos lubricados.
- Descansos Visuales: Cierra los ojos durante unos minutos para permitir que se recuperen.
- Reducción del Estrés: Practica técnicas de relajación y manejo del estrés, como el yoga ocular, la meditación o ejercicios de respiración profunda.
Concluyendo.

Cuidar de tus ojos implica más que una simple visita al optometrista u oftalmólogo.
Aunque esto último es indispensable, integrar pequeños hábitos en tu rutina diaria puede hacer una gran diferencia en tu salud visual.
Recuerda, tus ojos son una ventana al mundo, y mantenerlos en buen estado te permitirá disfrutar de la belleza de tu vida.
Si quieres ampliar un poquito más sobre las tres tensiones visuales, aquí te dejo un episodio donde hablo sobre este tema: