El agua aclara la vista

Como la hidratación puede proteger y mejorar tu visión

Seguramente alguna vez has oído o ten han dicho «Bebe agua que aclara la vista»

Bueno, esto no es ni tan fácil, ni exactamente así.

Beber agua no mejora la vista per se, pero es clave para mantener una buena salud general y tiene muchos beneficios para la salud ocular.

La mayoría de las reacciones bioquímicas del organismo se producen en un medio acuoso.

Si no hay suficiente agua en el cuerpo, se dificulta la eliminación de los desechos.

Igualmente, se puede producir un desequilibrio hormonal, el cerebro funicionará peor y afectará a las digestiones, por poner algunos ejemplos.

También la falta de hidratación puede provocar alteraciones de las funciones oculares.

En este artículo vamos a indagar un poco en todo ello y en particular en los beneficios que tiene la hidratación sobre la visión.

Pero, antes de entrar de lleno en los aspectos de dicha hidratación en tus ojos vamos a ver algunos de los síntomas que puedes tener si ésta no es suficiente.

Y si en estos momentos no te apetece leer, puedes escuchar esta información en este episodio de mi podcast.

  • Ojos secos.

Aunque la aparición del ojos seco depende de muchos otros factores, la ingesta insuficiente de agua puede promover la sequedad ocular o agravar sus síntomas.

  • Fatiga ocular

Como ya veremos, la deshidratación provoca un gran estrés en el cuerpo que puede dar lugar a síntomas como dolor de cabeza, cansancio general y también visual

  • Disminución en la producción de lágrimas

La deshidratación cuerpo puede reducir la producción de lágrimas.

Además, cuando no hay suficiente agua en el cuerpo, todas las mucosas se alteran. También la mucosa de la lágrima y la de los párpados. Esto puede provocar que haya una mayor evaporación de la película lagrimal.

Es evidente que una hidratación adecuada es esencial para optimizar nuestra salud corporal y visual.

Hidratarse es el equivalente a «engrasar la máquina«. Cuando estamos bien hidratados mejoran las funciones corporales de manera muy significativa.

Y como te dije al comienzo, tiene inumerables beneficios para los ojos, que pueden hacer que tu visión sea más cómoda y quizá también más clara.

  • Facilita la eliminación de toxinas

El agua ayuda a limpiar los desechos del organismo, incluidos los de los ojos.

Esto ayuda a prevenir muchas de las afecciones oculares, como la conjuntivitis o la blefaritis.

Incluso podría ser un buen apoyo para la reabsorción de las moscas volantes o miodesopsias.

  • Previene la sequedad ocular

Una buena hidratación puede promover la producción de la lágrima y evitar que el ojo se seque porque la glándula lagrimal no produzca la suficiente.

Así mismo, tener las mucosas bien hidratadas evita que dicha lagrima se evapore con facilidad, que es otra de las causas del ojo seco.

  • Reduce la fatiga ocular

La deshidratación genera mucho estrés en el cuerpo. Incluso siendo leve puede causar cansancio fisico y en conscuencia los ojos también se fatigan. El agua es necesaria para el buen funicionamiento de todos los órganos del cuerpo y para que estos cumplan su función sin esfuerzo. Los ojos no son una excepción.

Además, al mejorar la circulación sanguínea, tanto los ojos como el cerebro reciben mayor aporte de oxígeno y en consecuencia el procesamiento visual es más eficaz.

  • Regula la presión intraocular

Una hidratación adecuada puede ayudar a mantener la presión introocular equiibrada y eso es un buen apoyo para previnir dolencias como el glaucoma, por ejemplo.

  • Aumenta el bienestar general y mejora el estado de ánimo

Algunos investigadores han constatado la relación que existe entre una buena hidratación y un estado anímico positivo.

Y también se ha comprobado que sentirse bien anímicamente mejora el funcionamiento del sistema visual.

Con todo esto, la conclusión es que hidratarse bien es fundamental para que tu cuerpo, tu cerebro y tus ojos funcionen optimamente.

Por tanto, es conveniente beber las cantidades adecuadas de agua.

Pero, ¿cuánta cantidad es la adecuada?

En la mayoría de los cursos me hacen esta pregunta.

Sin embargo, la respuesta no es fácil.

Se dice mucho por ahí que hay que beber «8 vasos al día». Otros sostienen que los hombres deben beber algo más de tres litros y las mujeres, un poco más de dos.

Y algunas otras cosas más.

Lo cierto es que la ingesta varia para cada persona y en cada momento, en función de distintos factores como son tu actividad física, tu estado de salud general, el clima o tu dieta, por citar algunos de ellos.

Por ejemplo, si realizas ejercicio físico que te haga sudar o si tienes fiebre necesitarás beber más agua para reponer los líquidos perdidos por el sudor.

Así que no hay una norma sobre cuánta agua hay que beber que sirva para todo el mundo.

Por otra parte, no tienes que tomar solamente agua para satisfacer tus necesidades de líquido.

Lo que comes también puede ser una buena fuente de hidratación. Frutas como la sandía o verduras como las espinacas, contienen una gran cantidad de agua.

Por tanto para mantener asegurarte de tener una hidratación adecuada y mantener una buena hidratación ocular, te recomiendo que incluyas en tu rutina estos hábitos.

  • Asegúrate de que bebes la suficiente cantidad de agua, infusiones u otro tipo de bebidas no azucaradas para cubrir tus necesidades
  • Mantén una buena humedad relativa en tu entorno. Si estás en un ambiente muy seco, los humidificadores pueden resultarte útiles. En la actualidad los hay muy eficaces y bastante económicos.
  • Incorpora a tu dieta alimentos hidratantes como pepino, lechuga, espinacas, naranjas, sandía, melón, etc.
  • Evita el exceso de cafeína y alcohol porque tanto la cafeína como el alcohol pueden contribuir a la deshidratación.
  • Recuerda hacer descansos frecuentes cuando estés trabajando con pantallas. Aprovecha esos descansos para hacer ejercicios de parpadeo y mover tus ojos.

Por último, presta atención a las señales de tu cuerpo.

Aunque la deshidratación sea muy leve pueden aparecer signos que te indican que necesitas aportar más líquido al organismo.

Algunos de ellos son:

  • Sed excesiva
  • Micción menos frecuente
  • Orina de color oscuro
  • Fatiga
  • Mareos
  • Confusión

Si tienes alguno de ellos, es conveniente mejorar la hidratación.

Y por supuesto, si no desaparecen es recomendable consultar con tu médico.

En conclusión, tener una buena hidratación es fundamental para mantener una salud óptima.

Somos un 70% de agua y la mayoría de las reacciones bioquímicas del organismo se realizan en un medio acuoso. Si el agua falta, esas reacciones no se llevan a cabo de forma adecuada y en consecuencia las fúnciones orgánicas pueden verse alteradas.

Nuestros ojos también sufren las consecuencias de una mala hidratación. Se vuelven más susceptibles a infecciones, se fatigan con más y es más fácil que se sequen.

Dicho esto, es esencial mantener unos buenos hábitos para evitar la deshidratación y todas las molestias que ésta pueda ocasionar.

Espero que esta información te resulte útil.

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