Ojos en movimiento

Cómo optimizar la movilidad ocular para una lectura eficaz y sin esfuerzo

El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho

Miguel de Cervantes

Decía Miguel de Cervantes por boca del famoso don Quijote de La Mancha que, «el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho»

Y no le faltaba razón.

Leer es una puerta a nuevos conocimientos.

También se ha comprobado que leer genera nuevas conexiones cerebrales y estimula facultades que están muy relacionadas con la visión.

Además de aprender cosas nuevas, la lectura puede ayudarnos a fomentar la imaginación, la memoria, la creatividad, la atención o la concentración.

Sin embargo, se escucha mucho eso de que a mucha gente «no le gusta leer».

Eso puede ser cierto en algunos casos, pero yo creo que no es tanto cuestión de gustos sino de otros factores que influyen en que disfrutemos o no de la lectura.

Uno de esos factores es la forma en que funciona nuestro sistema visual.

Cuando leemos recibimos la información a través de los ojos, para luego transmitirla al cerebro donde se lleva a cabo el proceso de comprensión.

Debido a esto, es esencial que haya una buena percepción visual, una correcta discriminación visual y una adecuada habilidad psicomotora.

Para que esto sea así, es necesario que los ojos se muevan debidamente.

De hecho, hay muchos estudios que confirman el hecho de que la movilidad ocular está estrechamente relacionada con el proceso de la lectura.

Por este motivo es importante entrenar los músculos de tus ojos, así como haces con los del resto del cuerpo.

En este artículo vamos a ver qué tipo de movimientos intervienen en la lectura, qué pasa si hay una disfunción oculomotora y finalmente veremos tres ejercicios para entrenarlos.

Por si aún te resulta más cómodo escuchar que leer, puedes ir al episodio de mi podcast «Ojos Flexibles».

Aunque te animo a seguir la entrada, porque hay alguna información extra que no está en el episodio.

Movimientos oculares asociados con la lectura

Cuando lees pones en marcha el mecanismo de la acomodación. Necesitas enfocar en el texto por lo que tienes que usar tu fijación y tu convergencia.

Además, necesitas que tus movimientos sacádicos y de seguimiento sean buenos.

¿Qué son los movimientos sácadicos y los seguimientos?

  • Sacádicos. Son los movimientos rápidos que realizan tus ojos para cambiar el punto de fijación. Son los que hacemos cuando cambiamos de línea
  • Seguimientos. Son más lentos que los anteriores y se producen cuando sigues con la mirada un objeto en movimiento. En la lectura de un texto los usamos para seguir el renglón.

Ambos pueden alterarse por diferentes causas:

  • Poca flexibilidad muscular, sobre todo debida a que no solemos entrenar los músculos oculares
  • Algunos medicamentos que pueden afectar a la acomodación, como el caso de ansiolíticos, relajantes musculares o antihistamínicos, por ejemplo.
  • Consumo de alcohol.
  • Alteraciones neurológicas
  • Falta de sueño.

Si los músculos del ojo no funcionan óptimamente, los movimientos oculares tampoco van a ser correctos.

Y esto tiene consecuencias que pueden repercutir en tu experiencia de lectura.

¿Qué puedes notar cuando lees si tus movimientos oculares no son buenos?

  • Fatiga visual

Si tus ojos no se mueven bien, te resultará difícil enfocar y mantener ese enfoque. Por lo tanto tendrás que hacer un mayor esfuerzo.

Como resultado es muy habitual que aparezcan síntomas de estrés visual como dolor de cabeza o de ojos, falta de atención, menor concentración, irritación ocular y un largo etcétera.

  • Tener que hacer movimientos de cabeza excesivos

Tienes que mover la cabeza para compensar la falta de movimiento de tus ojos. Eso puede provocar entre otras cosas tensión en el cuello y los hombros.

Quizá ya sabes que cuando el área del cuello está tensa, se obstaculiza el flujo sanguíneo a los ojos y al cerebro.

Y por esta razón, puedes sentir los ojos cansados al poco tiempo de empezar a leer.

  • Saltar líneas al leer

Si los movimientos sacádicos y los seguimientos no son buenos, es muy común saltarse las líneas mientras lees. Para evitar hacerlo muchas personas leen siguiendo la lectura con un dedo. Si es tu caso, te sugiero que practiques algunos ejercicios de terapia visual y yoga ocular que pueden ayudarte a mejorar tu movilidad ocular.

  • Dificultad para entender el texto

Al tener que hacer tanto esfuerzo para enfocar y sostener el enfoque, perdemos capacidad de atención y concentración.

Por ende, puede ser que tengamos que leer y releer el texto varias veces para una mejor comprensión.

De nuevo, los ejercicios de movilidad pueden ayudarte a sostener la atención para que puedas concentrarte mejor.

  • La lectura es lenta o muy lenta

Evidentemente si tus ojos no son flexibles y se mueven lentamente, la lectura puede hacerse tediosa e interminable.

  • Mayor dificultad para copiar textos, de la pizarra, por ejemplo.

Como en el resto de las causas, una mala movilidad ocular te merma la capacidad de cambiar el enfoque pizarra-cuaderno o similares.

Esto, además de a la lectura, puede influir en el rendimiento académico y laboral.

¿Podemos mejorar la movilidad de los ojos para tener una mejor experiencia con la lectura´?

Absolutamente, SÏ.

Existen un montón de ejercicios para fortalecer la musculatura ocular y hacerla más flexible.

Y no únicamente para mejorar la lectura.

Cuando entrenamos los músculos de los ojos, indirectamente estamos estimulando otras capacidades como otros factores mentales y físicos como la atención, la memora, la coordinación binocular y la concentración.

Todas ellas indispensables para tener una buena visión.

Por eso hoy te propongo tres ejercicios básicos para que puedas empezar a preparar tu sistema visual para que puedas leer más y con menor esfuerzo.

  • 1.- «Los lápices»

Este ejercicio trabaja los movimientos sacádicos en horizontal. Muy útiles en la lectura para cambiar de línea con facilidad y sin esfuerzo

Para este ejercicio necesitaras dos lápices de colores distintos.

Toma un lápiz con cada mano y ponlos a los lados de los ojos, a una distancia de 30 cm o 40 cm.

Puedes hacerlo sentado o de pie.

Se trata de mover la mirada de la punta de un lápiz a la punta del otro, sin mover la cabeza.

Haz lo siguiente:

Mueve tu mirada al lápiz de la mano derecha, sostén el enfoque unos segundos (entre 3 s y 5 s). Después cierra los ojos y al volver a abrirlos lleva los ojos al lápiz de la mano izquierda.

Vuelve a cerrar los ojos y al abrirlos cambia la mirada al otro lápiz.

Y continúa haciendo esto durante 3 minutos aproximadamente.

Si al principio te cansas, haz solo un minuto y ve aumentando el tiempo a medida que tus músculos estén más flexibles.

  • 2.- Ejercicio de la pelota de tenis

Este ejercicio trabaja los movimientos de seguimiento, la acomodación, la visión periférica y la agudeza visual dinámica

Necesitarás una pelota tipo tenis o parecida y una cuerda.

Ata la pelota con la cuerda y cuélgala del techo para que quede suspendida a la altura de tus ojos.

Para realizar este ejercicio ponte frente a la pelota, muévela y sigue el movimiento con los ojos hasta que se pare o se haga muy lento.

En terapia visual usamos la llamada pelota de Marsden que tiene letras. De esta manera, puedes seguir el movimiento fijando la mirada en una letra en concreto.

Es un ejercicio más completo, además de los seguimientos trabajamos la fijación, el enfoque y la agudeza visual.

Si no tienes la pelota, puedes fabricarla tu mismo pegando letras o pegatinas en la que estés usando.

Se recomienda hacer este ejercicio diariamente durante al menos 3 minutos.

3.– Ejercicio del «El reloj»

Este ejercicio trabaja los movimientos sacádicos, de seguimiento y potencia la flexibilidad

Necesitarás el dibujo de un reloj impreso en una cartulina o folio.

Pega la cartulina en la pared a la altura de los ojos y ponte a una distancia que lo veas aceptablemente bien.

A continuación comienza a mover tus ojos mirando a los diferentes números de esta manera:

Sin mover la cabeza, lleva tu mirada al 12 y luego al 6. Hazlo 5 veces

Después del 1 al 7, del 2 al 8, del 3 al 9 y así sucesivamente.

Has 5 veces cada posición.

Cuando termines de hacer todas las posiciones en sentido horario, hazlas en sentido contrario.

Es decir, empezando por el 12 al 6. Luego el 11 al 5, el 10 al 4, el 9 al 3, etc.

Hazlo también por 3 minutos aproximadamente.

En conclusión, la lectura es una actividad que puede aportarnos nuevos conocimientos y contribuir a la apertura de nuevas perspectivas.

Sin embargo, para que podamos realizarla cómodamente y optimicemos la comprensión de lo que leemos es esencial mantener un sistema oculomotor fuerte y flexible.

Afortunadamente, la terapia visual nos ofrece un abanico amplio de ejercicios para fortalecer la musculatura ocular y mejorar las habilidades visuales que intervienen en el proceso lector.

Por eso, si aún no conoces las técnicas, te animo a probarlas y experimentar lo que ocurre con tus ojos y tu visión.

Y luego, si quieres me cuentas.

A partir del 1 de septiembre comenzaré a compartir información de forma frecuente en mi nuevo canal de Telegram «Ojos Flexibles».

Vamos a hacer cositas interesantes y muy útiles para el cuidado integral y natural de tus ojos.

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